Por Glenys Álvarez
Neurología. De acuerdo con un nuevo estudio diseñado por científicos en Estados Unidos y en los Países Bajos, existen señales en los patrones eléctricos del cerebro que avisan con anterioridad que la persona está a punto de cometer un error.
No es lo mismo derramar una taza de café sobre la mesa que pasarse una señal de tránsito en una avenida atiborrada de autos. El primer error puede provocarle estrés, pero el segundo atenta contra su vida. En estos días de trágicos accidentes aéreos, los errores no pasan desapercibidos por nuestros pensamientos; errar, por cierto, es de humanos, no obstante, el estudio del cerebro dirigido a erradicar estos deslices no sólo podría salvar muchas vidas sino que nos asistiría en el entendimiento básico sobre la atención.
Y es que muchas veces erramos porque no prestamos la debida atención. Por ello, científicos estadounidenses y holandeses diseñaron un estudio para establecer el estado del cerebro antes de cometer errores por déficit de atención, de esta forma, los investigadores han descubierto una señal que ocurre en el sistema eléctrico del cerebro antes de que cometamos el error.
“Este descubrimiento será útil en una variedad de aplicaciones, desde desarrollar algún tipo de tecnología o aparato que alerte a una persona en un trabajo delicado, (control de tránsito aéreo, por ejemplo) para que se de cuenta de que no está prestando la atención debida al trabajo y que en cualquier momento podrían cometer un error; igual nos puede ayudar a desvelar las señales de la atención en el cerebro y descubrir por qué ocurren los fallos en condiciones como el déficit de atención”, explicó en EurekAlert, Ali Mazaheri, uno de los autores en la Universidad de California.
La investigación está basada en ondas cerebrales. Es decir, los expertos se concentraron en el estudio del sistema eléctrico cerebral y los distintos tipos de ondas que se distinguen en el cerebro de acuerdo a la actividad que estemos realizando en el momento.
“Las ondas alfa y mu son ritmos cerebrales presentes cuando estamos inactivos, en descanso. Imagina que te sientas en una habitación y cierras los ojos, esa acción causa una enorme onda alfa en la parte trasera del cerebro, sin embargo, tan pronto como abres los ojos la onda se reduce, porque ya estás mirando cosas y usando ciertas funciones cerebrales y tus neuronas tienen información que procesar”, explicó Ole Jensen, del Instituto Donders de Holanda.
Los errores, aseguran los científicos, desencadenan cambios inmediatos en la actividad de las ondas cerebrales en la región frontal del cerebro que parece reducir la onda alfa que nace detrás, es como si el cerebro le dijera “¡presta atención!” y redujera así la posibilidad de que ocurra el error.
Una prueba monótona y aburrida
La prueba utilizada por los investigadores está diseñada para que prontamente deje de prestar atención. Se trata de un sistema donde los voluntarios, sentados frente a los monitores de su computador, tienen que prestar atención, durante horas, a los números que serán presentados en la pantalla. La idea es sumamente simple. Números del uno al nueve desfilarán por los monitores cada dos segundos, los participantes tienen que presionar un botón cada vez que vean uno de estos números exceptuando el cinco. Cuando el cinco aparece, los voluntarios tienen que detenerse para no presionar el botón. Para el estudio, los científicos utilizaron 14 voluntarios que tomaron la prueba, conocida como “tarea de respuesta a la atención prolongada” y fue elaborado en 1990 como una forma de estudiar varias condiciones neurológicas. “La prueba es tan aburrida y monótona que los participantes presionaban el botón cuando veían el cinco en un 40% de las veces”, dijo Mazaheri.
El uso de la magnetoencefalografía (MEG)
Los investigadores usaron una máquina conocida como magnetoencefalografía (MEG) que mide las ondas eléctricas producidas por el cerebro de acuerdo a la actividad del voluntario. Los análisis de los cerebros de los voluntarios mientras completaban las pruebas de atención mostraron información curiosa e importante. “Hemos visto que un segundo antes de que la persona cometa un error, ondas cerebrales en dos regiones se volvieron mucho más fuertes que cuando los voluntarios se frenaban y no pulsaban el botón. En la parte de atrás del cerebro, la zona occipital, la actividad de la onda alfa era 25% más fuerte, y en la región del medio, la corteza sensoriomotora, también existe un incremento equivalente en la actividad de las ondas mu en el cerebro.
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