TEXTOS DUDOSOS
El mundo cristiano da por hecho que Jesús nació un 25 de diciembre de hace dos mil ocho años, de una madre virgen, que fue visitado por tres magos venidos de oriente y que se libró por muy poco de la persecución infanticida de Herodes. Pero ¿realmente ocurrieron las cosas así durante el presunto nacimiento del mesías?... Siendo los escritos de Pablo los más antiguos recogidos en el Nuevo Testamento y, por tanto, los más cercanos a la época de esos supuestos hechos, ¿porqué no hacen la menor mención de ellos? El tarsiota no se interesa por aspectos biográficos de Jesús. Tampoco por sus enseñanzas. Solo se centra en su crucifixión y resurrección, convirtiéndolas en fundamento de la salvación universal y eje de la fe cristiana.
Hay que señalar que los evangelios son muy escuetos a la hora de ofrecer datos sobre el nacimiento e infancia de Jesús. Solo dos, Mateo y Lucas, se ocupan superficialmente del asunto, aunque se contradicen entre sí. ¿No resulta extraño que Pablo y dos de los cuatro evangelistas pasen por alto un acontecimiento crucial como es el nacimiento milagroso de Jesús? Ni siquiera es fiable que Belén fuese el lugar donde nació, como aseguran los sinópticos. Todo parece indicar que se eligió dicha aldea para hacer cumplir la profecía veterotestamentaria que anunciaba la llegada del Mesías: “Y tú, Belén, pequeña eres entre los millares de Judá, mas de ti me saldrá aquel que ha de reinar en Israel” (Miq 5, 1). Sin embargo, en Juan leemos: “¿Viene acaso de Galilea el Cristo? ¿No dijo la Escritura que el Cristo ha de venir de la estirpe de David y de Belén, el pueblecito de donde era David?” (Jn.7,41-42). Hay tantas inexactitudes en los Evangelios que no solo hacen pensar que sus autores -que para nada son los que se aceptan tradicionalmente- no fueron testigos directos de los acontecimientos narrados, sino que ni siquiera se molestaron en recoger evidencias fiables sobre el personaje central de sus relatos. Los evangelios son una reconstrucción literaria mal hecha, tardía, con tremendas lagunas, repleta de plagios, errores, interpolaciones y falsificaciones, que invita más a la desconfianza que a la certeza. No son textos históricos, sino apologéticos. ¿Existe, por tanto, un personaje histórico al que se le ha añadido elementos mitológicos, o más bien un personaje mitológico al que se le ha añadido elementos históricos? La balanza parece inclinarse más bien por la segunda posibilidad. “No sólo no hay pruebas de su existencia, sino que todas las evidencias indican que es un personaje mitológico”, asegura la arqueóloga e historiadora Acharya S. en su voluminosa obra La Conspiración de Cristo.
Ni siquiera en algo tan fundamental como es la fecha del nacimiento hay consenso. Según Mateo, Jesús nació en tiempos de Herodes. Y este rey de Judea murió el año 4 a.C (750 de la fundación de Roma). En cambio, Lucas señala el nacimiento de Jesús durante el censo de Quirino, fechado el 6 d.C. Observamos, pues, una diferencia de diez años o más. Por otro lado, las dos genealogías que presentan ambos evangelistas -pretendiendo vincular a Jesús con el linaje real de David- son contradictorias también, aparte de que terminan en José, que no es padre de Jesús, si tenemos en cuenta que María tuvo a su hijo por mediación del Espíritu Santo, según la fe cristiana. El propio emperador Juliano dijo al respecto: “Ni siquiera el invento lo habéis hecho con habilidad, puesto que Mateo y Lucas se contradicen en la genealogía de Jesús”.
Por otro lado, el episodio de la matanza de los inocentes es totalmente inverosímil. Hoy pocos estudiosos serios ponen en duda que se trata de un invento del evangelista Mateo (los otros tres no mencionan nada sobre el particular). Es absurdo que el rey Herodes recurriera a un acto tan cruel como es degollar a todos los niños menores de dos años. Hubiese bastado con localizar a Jesús, que no era misión imposible en una aldea tan pequeña y próxima a Jerusalén, y aún así estaba incapacitado para cometer tal crimen sin orden expresa del gobernador imperial. De haber ocurrido dicha matanza, es muy seguro que el historiador Flavio Josefo la hubiese recogido en su Antigüedades judías, obra en la que cita muchos crímenes perpetrados por Herodes. Por otra parte, encontramos en la leyenda de Krishna, muy anterior a Cristo, un suceso similar. Y lo mismo ocurre con el profeta Moisés, que también se libró por los pelos de la ira del faraón, quien mandó matar a todos los recién nacidos. Heracles, hijo de Zeus y de la virgen Alcmena, también sufre la persecución de Heras, al saber que será futuro rey. Estas leyendas solo buscan atribuirles a tales personajes un destino divino, que les capacita incluso para superar cualquier obstáculo que les ponen sus enemigos para que no cumplan su plan de salvación.DIOSES MISTÉRICOS
El mitraísmo estaba extendido por todo el Imperio Romano, llegando a tener el beneplácito de los emperadores. El culto a Mitra, surgido en Persia en torno al siglo II a.C., tuvo una enorme popularidad en los pueblos del Mediterráneo y fue un claro competidor del cristianismo. Si el emperador Constantino no hubiese dado legitimidad al cristianismo (por cuestiones políticas más que religiosas), el mitraísmo habría perdurado siglos y siglos (recordemos que el Vaticano se levanta sobre las ruinas de un santuario al dios Mitra). Los cristianos no tuvieron más remedio que adaptar muchos elementos mitraicos a su nueva religión, para garantizar una exitosa difusión de su doctrina. De ahí que la natividad de Cristo sea tan parecida a la de Mitra, ya que este dios pagano, según la leyenda, nació un 25 de diciembre, de una madre virgen, en una cueva y fue adorado por unos pastores que le trajeron presentes. En el siglo IV fue cuando se decide establecer definitivamente el nacimiento de Jesús el día 25 de diciembre -por orden del papa Liberio-, quedando así absorbida la fiesta pagana del Dies Natalis Solis Invicti, que conmemoraba el solsticio de invierno (“¡Os ha nacido hoy el Salvador!”, se anunciaba en aquellos cultos solares). Por tanto, los mitos mitraicos fueron readaptados a los mitos cristianos, con la diferencia de que éstos se intentaron hacer pasar por hechos históricos, dejando a un lado toda connotación gnóstica o mítica. Se pretendía así colocar a Cristo en una posición superior -al atribuírsele una existencia real- frente a los restantes hombres-dioses. También Attis, dios de Frigia, nació el 25 de diciembre. Cibeles es el nombre de su madre virgen. Igualmente, en esa misma fecha nació el dios griego Dionisos, siendo adorado en un pesebre. Su madre virgen es Sémele. Los nacimientos de estos hombres-dioses fueron anunciados por señales celestiales. Así ocurre con Buda, en cuya leyenda encontramos una fulgurante estrella anunciadora y varios ángeles celebrando con alabanzas la buena nueva. La madre de Buda, también virgen y penetrada por un rayo de luz divino, se llamaba Maya (nótese el parecido con el nombre María). Otro dios-hombre antiguo del que el cristianismo tomó muchas referencias para reconstruir la leyenda de Cristo fue el egipcio Osiris, cuya venida fue anunciada por tres sabios identificados con las tres estrellas principales del cinturón de Orión (Alnitak, Alnilam y Mintaka), que apuntan directamente a la estrella Sirio (Osiris), la más brillante del firmamento. Connotaciones cosmológicas que los cristianos literalistas transformarían en eventos históricos durante la elaboración del mito de Jesús. De nuevo nos encontramos con que el hijo de Osiris, Horus, nació el 25 de diciembre y en una cueva. Su madre, la Virgen Isis-Meri (proclamada por los egipcios como “Reina del Cielo” y ataviada con un manto azul adornado de estrellas), fue representada con su hijo en el regazo, igual que las posteriores imágenes de la Virgen María con el niño Jesús. Hay tanta similitud entre los mitos cristianos y los antiguos mitos egipcios, que muchos eruditos están convencidos de que Egipto es la cuna del cristianismo. Es lo que asegura el teólogo catalán Llogari Pujol, al defender que los Evangelios fueron confeccionados por sacerdotes judeo-egipcios del templo de Serapis en Sakkara (Egipto). Asimismo, el dios sirio Adonis nació el 25 de diciembre. Su madre virgen fue conocida con el nombre de Mirra. Y sería venerado en una cueva ubicada en un bosque donde más tarde se situó a Belén. La cueva siempre representó en las antiguas mitologías el útero de la Madre Tierra, el mundo oscuro y subterráneo del que surge la luz que ascenderá a los cielos. El paganismo utilizó dicha alegoría para ubicar el nacimiento de sus dioses. El cristianismo -a pesar de su feroz lucha contra las religiones paganas- empleó también el concepto de cueva o establo, aunque dándole una ubicación geográfica en vez de un sentido simbólico. Los plagiadores cristianos fundieron todos esos elementos procedentes de diversas doctrinas paganas para moldear la historia de Cristo. Y así se fabricaron los evangelios. “El cristianismo no fue una revelación nueva y excepcional, sino que en realidad fue una adaptación judía de la antigua religión mistérica de los paganos”, afirman Timothy Freke y Peter Gandy, autores de la extraordinaria obra Los misterios de Jesús. Unos siglos más tarde, llegaron otros falsificadores, como los apologistas Eusebio de Cesarea e Hipólito de Roma, encargándose de falsificar aún más si cabe los textos sagrados, añadiendo párrafos (interpolación), mutilando o modificando el sentido de las frases. “Muchos cristianos denuncian el paganismo como una falsa religión. Si esto es correcto, entonces el cristianismo es también falso, pues es de origen pagano, y si uno no es verdad, tampoco lo es el otro”, apunta John G. Jackson, autor de Christianity Before Christ. En vista de estos datos, pocas opciones quedan para seguir afirmando que Cristo creó el cristianismo. Más bien sucedió lo contrario: el cristianismo creó a Cristo…
FILÓSOFOS PAGANOS
Los filósofos Celso (siglo II) y Porfirio (siglo III) ya se encargaron de anunciar los paralelismos existentes entre Jesús y los dioses mitológicos, así como las contradicciones entre los cuatro evangelios, acusando a los apologistas cristianos de inventarse unas veces y plagiar de la religión pagana otras los relatos contenidos en los evangelios. “¿Son estos sucesos distintivos exclusivos de los cristianos, y, si lo son, qué los hace exclusivos? ¿O los nuestros deben considerarse mitos mientras que hay que creer en los suyos? ¿Qué razones dan los cristianos para explicar el carácter distintivo de sus creencias? La verdad es que no hay nada extraordinario en lo que creen los cristianos, excepto que creen en ello con exclusión de verdades más exhaustivas sobre Dios”, escribió Celso. La Iglesia intentó a toda costa ocultar o negar los argumentos de los filósofos paganos que cuestionaban la historicidad de Jesús. No hay más que leer las réplicas incendiarias de Ireneo, Tertuliano y Justino Mártir. Aunque a veces se recurrió a métodos más expeditivos para salvaguardar de cualquier crítica la pretendida exclusividad de la fe cristiana. Se llegaron a quemar bibliotecas y templos paganos. Mientras que muchos filósofos y sacerdotes de las religiones mistéricas fueron perseguidos, torturados y asesinados. El paganismo, convertido en herejía, quedaría prohibido en el año 380, por decreto del emperador Teodosio. El cristianismo ortodoxo, que fue adquiriendo un enorme poder político y económico, no encontró mejor fórmula que exterminar todo aquello que obstaculizaba su expansión e implantación. Y fue así, y no de otro modo, como finalmente venció.
No debemos olvidar que los antiguos egipcios ya exponían durante el solsticio de invierno la imagen de un niño recién nacido, simbolizando el nacimiento del astro-rey, para recibir adoración y ofrendas. Por eso, cuando usted instale en algún rincón de su casa un pequeño belén para conmemorar la Navidad, con las tres figuras sagradas -en el centro, el Niño representando el sol-, además del asno (símbolo de Sagitario) y el buey (animal sagrado en el antiguo Egipto), coronado todo el conjunto con la Estrella de Oriente, ha de saber que está escenificando un mito solar de origen pagano que se pierde en la noche de los tiempos y que acabó cristianizándose. Y es que los mitos jamás desaparecen, solo se transforman…
(Anexo 1)
En las tradiciones brahmánicas encontramos textos que luego han sido plagiados por los Evangelistas. Uno de ellos reza así: “Una tarde cuando la virgen rezó sonó música celeste, la cárcel se iluminó y Vischnu apareció en el esplendor de su majestad divina. Devanaki cayó en éxtasis y después de haber recibido del Espíritu Santo concibió”. También nos resultará familiar leer el siguiente párrafo extraído del Atharva Veda: “Bendita tú Devanaki entre las mujeres. Eres elegida para la obra de la redención. En tu seno el rayo del resplandor divino será hombre. Tú eres la madre de todos nosotros; porque de ti nacerá aquél que nos redimirá”. En esas mismas tradiciones hindúes encontramos un texto muy afín al episodio de Herodes, en el que Kansa, tío de Krishna, intenta matar a su sobrino para que no le arrebate su reino: “…Mandó matar en sus estados a todos los niños varones, que habían nacido en la misma noche, que Krishna”. El plagio, sin duda, es evidente. Según el teólogo y ex-sacerdote Franz Griese, “de los 89 capítulos de los cuatro evangelios, 80 son una copia de la vida y doctrina de Krishna y de Buda”…
(Anexo 2)
En un antiguo poema egipcio dedicado a Osiris, considerado “el Señor de toda la Tierra” nada más nacer, encontramos analogías con las canciones que la tradición cristiana ha utilizado para celebrar el nacimiento de Jesús:
¡Ha nacido! ¡Ha nacido! ¡Oh venid y adoradle!
Joven como la Luna por su fulgor y sus cambios,
por los cielos deambulan Sus pasos,
estrellas que nunca descansáis y nunca os ponéis,
¡Adorad al hijo engendrado por el propio Dios!
¡Cielo y Tierra, oh venid y adoradle!
¡Inclinaos ante Él, arrodillaos ante Él!
¡Rendidle culto, adoradle, postraos ante Él!
Dios que ha nacido de noche.
(Anexo 3)
Los Evangelios Apócrifos, como bien señala el historiador J.M.Blázquez, abusan mucho de lo fantástico y de lo legendario. Y curiosamente son esos textos los que recogen mayor información sobre la anunciación de María, el nacimiento de Jesús, los reyes magos, etc. Y es de ahí precisamente de donde ha bebido la tradición cristiana para reconstruir la supuesta historia de la Natividad. “La literatura apócrifa es muy válida para trazar las líneas de evolución de las creencias, de la teología popular, de la liturgia, de la hagiografía, etc., pero no nos permite utilizarla como medio histórico fidedigno para acceder al Jesús histórico”, asegura el catedrático Antonio Piñero, una de las voces más autorizadas en la materia.
Ay caramba!!! este post esta mas lago que silvido de lechero!!! :-)
ResponderEliminarSolo puedo decirte que la fe de cada persona es dificil de cuestionar, en cuanto a mi, estoy 100% convencido de esas "muchas otras maldiciones pronunciadas por Jesús que produjeron la muerte inmediata en las personas a las que iban dirigidas" no son mas que una gran mentira, simplemente contradicen todo el evagelio que nos enseñò Jesucristo.
Salu2.
recomendación...sacá lo más importante y reducí el post..está super largo y no motiva a leer...estoy segura que tiene info interesante pero así de largo..no creo que sea la mejor manera de comunicarlo...un saludo!
ResponderEliminarNo motiva a leer pero si me se un poco la historia. Te voy a decir que si hubo un momento en que la religión católica y la pagana se fundieron en una sola. Fechas como el 25 de diciembre, etc pero esto no quiere decir que Jesus no haya existido o tampoco sea Dios.
ResponderEliminarYo creo que sin ser imparcial te puedo decir que para que uno mismo haga un criterio bien imparcial tiene que leer la biblia antes pero de traducción original para empezar primero lee en la misma Wikipedia acerca de los 10 mandamientos y te vas a dar cuenta quién ha cambiado incluso los 10 mandamientos.
"no son más que una gran mentira, simplemente contradicen todo el evangelio que nos enseñó Jesucristo" Megaprimo, precisamente ese es el meollo del asunto, Jesucristo es una creencia inventada, no existió, o como dice el blog "el cristianismo creó a Cristo", por lo tanto todo es mentira, tanto las maldiciones de Jesús, como el evangelio mismo.
ResponderEliminarPues si es post largo y realmente nada nuevo para quienes creemos que Jesús no es más que un mito urbano, conveniente para unos pocos (duela a quien le duela).
ResponderEliminarDese una vuelta por acá*, no es nada que no sepa, pero en video queda un toque más gráfico el asunto.
Saludos.
* http://conejos-suicidas.ticoblogger.com/2009/03/la-historia-de-jesus-es-un-plagio.html
Entones a peticion del publico haré un resumen.
ResponderEliminargartuz: Por supuesto que se tiene que leer la traduccion original para tener un criterio, un poco, más exacto; el problema es que esa traduccion no se encuentra en su "librería más cercana", posiblemente esté en el vaticano y ellos no la van a soltar tan fácilmente.
Que te puedo decir,todo esto esta muy largo..
ResponderEliminarquiza mi veas mi opinion en este post http://elblogdeefra.ticoblogger.com/
Me dio pereza leerlo ta muy largo....
ResponderEliminarTodos los mitos anteriores a la llegada de Joshua, no eran mas que predictivos de lo que habría de suceder, y eso lo podemos probar con la Astronomía y Astrología así:
ResponderEliminarLa Era de los Peces o Piscis al tiempo de su comienzo sería cuando en el Equinoccio de Primavera de hace 2009 años aproximadamente por primera vez sería visto por el Este la Constelación de los Peces y por el otro lado opuesto del Oeste la Constelación de la Virgen, así nace el Cristo de la Era de los Peces de una Virgen.
Los egipcios ya lo sabían ya que conocían los Misterios del Tiempo definidos astronómicamente, por lo que su mito de Horus nacido de la Virgen era una alusión al futuro de la llegada de un maestro espiritual que daría a conocer la ideología mística de la Era de los Peces.
No es pues que se "reinventara", sino que mas bien fue una predicción astrológica, ya que en el tiempo de los egipcios no podría aparecer los Peces y la Virgen en los equinoccios, sino hasta mucho después, hace poco mas de 2000 años.
De la misma manera existe una profecía actual de la siguiente Era, esa profecía es el Venida del Hijo del Hombre con Poder y Gran Gloria. Pues bien está pasando lo mismo ahora pero con otra constelación de la siguiente manera:
Dentro de muy poco tiempo (aún dentro unos años, pero muy pronto) en el equinoccio de Primavera podremos ver por el Este la señal del Hijo del Hombre que es Aquarius, un Hombre derramando un cántaro de agua, el Hombre, el Hijo del Hombre y vendrá con Poder y Gran Gloria porque la Constelación que saldrá por el Oeste será Leo, Leo es la Realeza Solar de un Rey, así en el futuro muy indemdiato vendrá el Hijo del Hombre.
Es pue la Venida de Cristo Rey.
Así pues no son mitos en sí, sino profecías y lo mejor es que lo podemos saber midiendo el tiempo con la astronomía y con las definiciones y simbolos con la astrología.
Saludos!!!